MUSTANG IN LOVE (y otros cuentos de encrucijada).

Autor: José Miguel Guallar.

Ed: Amazon-Tesaria  Ed: 1ª; año 2024.

José Miguel Guallar (Calatayud; Abisinia) se dedicó, con indudable éxito, a ser consultor experto en estrategia y desarrollo organizacional a través de su empresa Tesaria. Sus conocimientos se pusieron al servicio de grandes empresas, tanto nacionales como internacionales.

Cuando fue soltando amarras profesionales se dedicó a la escritura. Hoy día tiene escritos nueve libros contando el más reciente: “Mustang in love”.

Este libro cuenta con once relatos (que no doce) en los que da rienda suelta a su desbordada imaginación. Y, como en todas sus novelas, José Miguel crea, desde un principio, un ritmo trepidante, con unos diálogos muy sólidos.
No se puede negar que la profesión del autor la pone al servicio de la estructura de su narrativa. Este hecho desemboca en una consistencia argumental potente y en una ambientación fuera de lo común.

Y, una vez más, disfrutaremos de esas experiencias “guallarticas” que el autor ha ido acumulando a lo largo de sus viajes por todo el mundo. Además, su vasta intelectualidad, nos dará a conocer muchos elementos cotidianos pero desconocidos para la mayoría de los mortales ¿ustedes conocían que una de las mejores boquillas para un saxo es la “Otto Link”? Pues de la misma manera iremos conociendo onerosas bebidas, relojes de marcas muy exclusivas, restaurantes de postín, etc.

En sus textos observaremos aflorar el respeto que Guallar tiene por las filosofías orientales. En realidad, ese respeto lo traslada a todo el pensamiento universal.

Los protagonistas que maneja pueden ser verdaderos o ficticios. Éstos últimos siempre con nombres que no creo que hayan nacido del azar. Y los verdaderos siempre son personajes tan importantes como poco conocidos. Verbigracia: aparece en uno de los relatos Omraam Mikhaël Aïvanhov; un filósofo, pedagogo, místico y esoterista búlgaro. O Beinsa Douno, del que el Papa Juan XXIII dijo que era el hombre más sabio que había conocido.

José Miguel Guallar, en el relato “El oso de Katahdin” en el que la protagonista hace una peregrinación por los Apalaches nos está insinuando el “viaje iniciático del héroe” para llegar a la Iluminación, al conocimiento de uno mismo.

El autor nos conducirá, a veces por espacios inquietantes, pero otras, lo hará por espacios inesperados como por ejemplo el encendido de las luces de Navidad del gigantesco árbol plantado a las puertas de famoso Rockefeller Center. También nos dará a conocer restaurantes y espacios gastronómicos como los “Kosher”, restaurantes de tradición judía y en los que se sirven alimentos considerados como puros. Me llama la atención que ubica, en Madrid, un restaurante llamado “Footprints”. Sé que en Georgia (EEUU) existe uno con este nombre.  Curiosamente, es la denominación de un famoso tema de jazz compuesto por el famoso saxofonista Waine Shorter y posteriormente versionado por Miles Davis.

En fin, toda la colección de relatos es soberbia, sobre todo el último: “Canción de cuna en la línea 8”. Es tan dramático como dulce y entrañable. Y un denominador común en todos ellos son los finales; tan sorprendentes como desdibujados dejando, así, un resquicio por el que el lector se puede colar e imaginar otro distinto.

Pd. - Escribo esta reseña escuchando una sesión de jazz desde el Cozy Coffee Shop. 

 

 

 

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