EL EMBRUJO MEDITERRÁNEO.

Autor: Alberto Cebrián.

Ed: Alpheratz.            Ed: 1ª; 2023   páginas: 252.

Alberto Cebrián, oscense nacido en 1969, es licenciado en periodismo. Su amor a las letras le ha conducido a ser también escritor. Su primer libro “El bazar Infinito” nos dio a conocer todos aquellos nudos y rutas comerciales desde la Antigüedad hasta nuestros días. Fue clasificado como un reportaje histórico-literario. En ese mismo estilo podemos clasificar “El embrujo mediterráneo”.

Está escrito con una prosa fluida y muy entretenida. El argumento es tan complicado, históricamente hablando, como sencillo para el lector. En el aspecto descriptivo es impecable. Y la documentación que ha manejado el autor arroja una cantidad ingente de datos.

El mar Mediterráneo ha sido la cuna de las primeras civilizaciones, aquellas que nacieron en la Hélade que, posteriormente, se transformaría en la antigua Grecia. Aqueos, helenos, eolios, jonios, aqueos, dorios y, más tarde, minoicos, macedonios y cretenses conforman una serie de pueblos cuya posesión más importante era el Mediterráneo. En todos ellos, se conservan mitos atávicos que comenzarán a dar sentido a este libro.

Los escritos de Homero son fundamentales en aquella antigua Grecia. Nos referimos a “La Iliada” y a la “Odisea”, plenos de leyendas y mitología.

El mar Mediterráneo también fue la gran autopista para la navegación y la interrelación de todos aquellos asentamientos de la antigüedad. Crecen las relaciones entre estos pueblos, sobre todo desde el plano mercantil.

Posteriormente, el Imperio Romano se hace con el control de este mar. Fue el vehículo perfecto para las conquistas y, por ende, para la expansión del imperio.

El autor, siempre apoyado por el “Mare Nostrum”, nos dará a conocer multitud de mitos, de leyendas y, por supuesto, de la historia de todas las naciones que son bañadas por este mar. Nos dará un interesante paseo por la Edad Media y, sobre todo, por el Renacimiento. Conoceremos las ciudades-estado italianas en las que no faltará la Venecia de los carnavales y de Casanova.

Comenta dos hechos, con todo lujo de detalles: como debía de ser un bibliotecario que se precie y lo que se conoció como el “Grand Tour”, aquel periplo viajero que emprendían los jóvenes ingleses al cumplir 21 años. Atravesaban Francia para ir recalando en las distintas ciudades italianas, empapándose de su historia y su arte. Una de las ciudades favoritas era, como no, Florencia. Este viaje iniciático terminaba en Nápoles. España estaba prohibida debido a la reticencia de la Inquisición con los extranjeros.

En definitiva, estamos ante un libro muy interesante y que además de repasar, de forma muy amena, nuestra historia, nos dará a conocer multitud de datos muy interesantes y, por regla general, bastante desconocidos. 

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