LUGARES COMUNES.

Autor: Octavio Gómez Millán.

Ed: Olifante.               Ed: 1ª; año 2009

 

“Con las manos manchadas

Es difícil escapar sin dejar huella.”

 

Este poemario obtuvo, en la edición del año 2009, el XXIV Premio de Creación Literaria, Poesía, “Santa Isabel de Aragón”, Reina de Portugal. Este prestigioso premio está organizado y convocado por la Diputación Provincial de Zaragoza.

Como ya comenté, a propósito de su libro de prosa “El Imperio de las Luces”, Octavio Gómez Milián es un ente curioso e inteligente. Una “rara avis” que, de no existir deberíamos incubarla en un laboratorio. Es el perfecto agitador cultural y goza de ello. Ha participado en múltiples eventos culturales, programas de radio, tertulias, artículos periodísticos, etc.

Es infrecuente que un matemático de profesión se dedique a la escritura, más propio de profesiones humanistas y literarias. Quizás, por eso, la literatura que emana de Octavio sea tan cuadriculada, exacta y con resultados sorprendentes.

Hoy encontramos, en este libro, a un Octavio desnudo de prejuicios y de retraimientos que nos aboca a conocer una poesía moderna, contundente, llena de verdades y de sentimientos.

Una estructura poética plena de desnudez en cuanto a lirismo se refiere. Más adjetivos: una poesía pura, intimista y muy personal.

Sus versos descansarán la mayor parte de las veces en un sentido urbanita. Gómez Milián hace referencia a una ciudad “La Gota” que, a pesar de sus dramáticas transformaciones, de la vida de ciudad encorsetada que rezuma de ella, él la ama.

“La Gota” es el nombre elegido por el autor para esta ciudad (posible Zaragoza) como si de una urbe de comic se tratase. Una ciudad en constante transformación, ora traumática (constriñe el alma del autor), ora progresista.

Perturba e inquieta a G. Milián la aparición de unos ángeles, venidos de otras ciudades, con poco o nada espíritu creador. Son ángeles parásitos de la urbe, alienantes, con una misión incierta, pero están, existen.

Es, en definitiva, un poemario fresco, contemporáneo y, como hacía referencia antes, exento de lirismo clásico para ofrecernos unos versos contundentes, realistas y descarnados.

 Me parece soberbia la estrofa final del poema “Star me Kitten”:

“Estamos tan cansados de ser libres

que olisqueamos como perros

las cadenas en cada esquina.”

 

  

 

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