VEINTIUNA NOCHES.
Autor: Severino
Pallaruelo.
Ed: Xordica. Ed:
1ª, año 2023.
Las publicaciones que
nacen en el seno de la editorial Xordica (Raúl Usón) siempre aseguran una buena
lectura. Eligen con máxima pulcritud lo que van a publicar.
Y hoy cae en mis manos su
última edición: “Veintiuna noches” del aragonés Severino Pallaruelo. En esta
obra, el autor se despega de su anterior literatura (muy buena, por cierto) en
la que predominaba un cierto carácter etnográfico. Estamos ante un libro con
una fuerza narrativa incontestable.
Pallaruelo (Puyarruego, 1954)
ha ejercido como profesor en el instituto de Sabiñánigo. Pero su espíritu
inquieto lo ha conducido a ser escritor,
geógrafo, historiador y etnólogo. Él ha conocido, en primera persona, el éxodo
y el abandono de las aldeas del Pirineo. Este dramático hecho se refleja en
muchos de sus escritos.
Pero en esta publicación,
como decía anteriormente, se desliga de ese espíritu aventurero y explorador
para ofrecernos una novela muy interesante. El corpus argumental no puede ser
más sencillo, más el autor lo articulará magistralmente para conformar una
lectura verdaderamente atrapante.
Partimos de una situación
muy cotidiana y que casi todos nosotros la hemos podido vivir. Se trata de un
hombre y una mujer, en una habitación de hospital, en la que cuidan a sus
respectivos familiares. Pasarán juntos, a los pies de las camas, veintiuna
noches. Y cada una de estas noches, se contarán episodios acaecidos en sus
vidas o en las vidas de otros.
Poco a poco, se irá
creando un vínculo entre los dos protagonistas en el que subyace una nota de
amor, hasta tal punto que las dos últimas noches estarán contritos de saber que
todo está llegando a su fin.
Y cada día, cuando los
dos enfermos duermen, narran alternativamente una historia cada noche. Y en
ellos conoceremos la ya extinta profesión de “tirador” (hombres que se
dedicaban a sacar la madera talada del bosque mediante mulos), aspectos de la
época de preguerra y guerra civil, es decir, lo cruel y dramático que fue esta
época en las pequeñas poblaciones. También, esta situación narrativa dará pie a
que se confiesen aspectos, muchas veces oscuros, de sus propias vidas.
Las descripciones de los
pequeños pueblos y aldeas, de los campos agrícolas de antaño y de los paisajes
nos iluminarán el texto una y otra vez.
En definitiva, estamos
ante una narración verdaderamente conmovedora que provocará que al lector le
afloren sentimientos diversos.
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