MOTEL PANDORA.

Autor: Octavio Gómez Milián.

Ed: Prensas Universitarias de Zaragoza.       Ed: 1ª; 2023    52 pág.

 

Octavio Gómez Milián es un ente curioso e inteligente. Una “rara avis” que, de no existir, deberíamos incubarla en un laboratorio. Es el perfecto agitador cultural y goza de ello. Ha participado en múltiples eventos culturales, programas de radio, tertulias, artículos periodísticos, etc.

Es infrecuente que un matemático de profesión se dedique a la escritura, más propio de profesiones humanistas y literarias. Quizás, por eso, la literatura que emana de Octavio sea tan cuadriculada, exacta y con unos resultados sorprendentes.

Este libro es su quinto poemario. Una poesía desnuda de lirismos innecesarios para dar más fuerza, si cabe, al “yo” dramático. Intimista, introspectiva, muy potente y en la que el drama está presente en todos sus versos.

Una vez más, toma protagonismo “la ciudad” como receptáculo de lo humano. Es la urbe cambiante, tan necesaria como innecesaria algunas veces. Sigue siendo una cárcel con barrotes transparentes. La “ciudad”, como su cuerpo infame, se transforma en receptáculo de la vida y de la muerte.

Subyace un agobio del autor debido a enfermedades ajenas, pero no desconocidas. Habrá carne de hospital inane y olor a yodo. Es más, en todo el poemario cabalga, verso a verso, la muerte como un ser oscuro y abyecto que se pasea, indolente, por las calles de la ciudad: “nada vive hasta que la muerte muere”

Hay continuas referencias a su padre y a su hijo. Él se encuentra en el punto medio entre ambos (no en vano, les dedica este libro).

“Ramón Sender tiene los bolsillos llenos de arena”

En todos los poemas hay dolor, dolor y llanto contenido. Algún día, no muy lejano, las lágrimas salarán el mar. Si, porque en definitiva, la salobridad de los océanos es consecuencia de los millones de lágrimas derramadas a través de todos los tiempos.

 

 

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