VOLAR ALTO.
Autor: Jorge Sanz
Barajas.
Ed: Xordica. Ed: 2ª; año 2022.
“La ciudad se sumerge,
desfallecida, en una densa sombra sin contornos. Las gotas se arraciman en los
brazos de las farolas como los dedos hambrientos de un dios destemplado.”
La editorial aragonesa
Xordica y su director Raúl Usón, apostaron fuerte por esta historia en la que
la realidad y la ficción se diluyen como una pastilla de acuarela en contacto
con el agua. La citada historia encierra, a partes iguales, una realidad
turbadora y dramática y una esperanza en una nueva España que a ninguno de los
dos protagonistas les pertenece.
Son decenas de novelas
las que se han ambientado en historias acaecidas durante la Guerra Civil y su
innegable postguerra. Creo que, de todos y cada uno de esos hombres y mujeres
implicados en la fatídica contienda, se podría sacar una historia para una
novela. Pero esta es distinta a todas ellas, quizás por la gran carga de
realidad, quizás por la narración pulcra, brillante y explosiva de Jorge Sanz
Barajas. Un ejemplo:
“La ciudad se sumerge,
desfallecida, en una densa sombra sin contornos. Las gotas se arraciman en los
brazos de las farolas como los dedos hambrientos de un dios destemplado.”
Jorge Sanz Barajas, nació en Zaragoza el 30 de marzo de 1967. Posee el Doctorado en Ciencias Políticas por
la Universidad del País Vasco. En la actualidad ejerce de profesor de
literatura; aunque ha trabajado con anterioridad en la educación de adultos y
como voluntario en programas de atención a inmigrantes, programas de
sensibilización en educación para la paz y la solidaridad, etc. Es colaborador
habitual en el suplemento de Heraldo A & L. Antón Castro, José Luis Melero
y el propio editor le animaron a descubrir al mundo esta singular y personal
historia de guerra, hambre y muerte.
La novela se centra en la vida de dos republicanos: Ciriaco Párraga,
pintor, y que en plena Guerra Civil le obligaron a cavar las fosas en las que
se arrojarían los cuerpos de los fusilados. Hay un pasaje turbador cuando este
protagonista analiza y reflexiona sobre los orificios de las balas en el
paredón. La otra protagonista es Amaya Hidalgo, aunque su verdadero nombre es Palmira Julia Tello Landeta, alias “La
Tellito”. Una republicana que recorría los pueblos movilizando a la población,
realizando mítines y llamando a las milicias. El 31 de octubre de 1936, una
foto, suya vestida de miliciana, apareció en la portada de la conocida revista
“Estampa”. Al sanguinario comisario Roberto Conesa no se le olvidará la imagen
de portada de esa jovencita. Tanto es así que la perseguirá durante años.
Párraga, tras estar preso en el penal de El Dueso, deambulará por
Valencia hasta que se decide a instalarse en Zaragoza. En esta ciudad conocerá
al famoso fotógrafo Jalón Ángel, que tenía su estudio en la calle Alfonso.
Pasará a ser ayudante de éste haciendo retoques y difuminaciones en las
fotografías hasta que Jalón conoce el verdadero potencial de su protegido: la pintura.
Tanto es así que pintará dos cuadros de Franco (no sin ciertas reticencias)
para la Academia General Militar.
Sanz Barajas no escatimará en descripciones de cómo se trabajaban las
fotografías, así como las técnicas pictóricas y las sesudas reflexiones de
Párraga a este respecto. Especialmente desgarrador es el episodio donde nos da
a conocer las encarnizadas luchas en el Frente del Norte.
En definitiva, estamos ante una narración con los hilos del miedo y del
odio, a partes iguales.
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